A pocos días de las elecciones legislativas, volvieron a encenderse los conflictos internos entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, su principal aliado político.
El episodio más reciente ocurrió en La Matanza, uno de los distritos clave de la Provincia de Buenos Aires, donde el PRO local decidió retirarse de la fiscalización electoral tras denunciar malversación de recursos por parte de un referente libertario.
Según trascendió, los dirigentes amarillos apuntan contra Luis Ontiveros, puntero de LLA en el distrito, a quien acusan de reducir la cantidad de fiscales previstos para el 26 de octubre con el objetivo de quedarse con parte de los $400 millones destinados a la estructura electoral.
Desde el PRO aseguran que hubo un “destrato y desplazamiento” por parte del armado libertario, que optó por colocar militantes propios en localidades como Ramos Mejía, San Justo, Rafael Castillo e Isidro Casanova.
La decisión generó un fuerte cortocircuito entre ambos espacios, que mantienen una alianza tensa desde el inicio del gobierno de Javier Milei.
En paralelo, en el PRO nacional buscan reposicionarse dentro del Gabinete tras la reciente renuncia del canciller Gerardo Werthein.
Con las salidas confirmadas de Luis Petri (Defensa) y Patricia Bullrich (Seguridad) —quienes asumirán sus bancas en el Congreso—, el macrismo presiona para ocupar ministerios vacantes y recuperar influencia en áreas clave como la Jefatura de Gabinete y Economía.
El clima político se recalienta a días de los comicios, en medio de negociaciones cruzadas y un oficialismo que intenta mantener la cohesión interna antes del domingo.
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