Con el cierre de listas consumado, se confirmó lo que en los pasillos del oficialismo ya se comentaba: Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, es hoy la principal figura en la toma de decisiones dentro de La Libertad Avanza. Junto a Eduardo “Lule” Menem, mano derecha en la construcción política del espacio, terminó de sellar una alianza estratégica con referentes del PRO, entre ellos Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro.
El acuerdo, que se venía tejiendo en silencio desde hace semanas, se plasmó en la integración de listas en distritos clave. Los dirigentes del PRO lograron ubicar a varios de sus cuadros en las boletas, a cambio de su respaldo político a la conducción del oficialismo. Uno de los movimientos más significativos fue el de Guillermo Montenegro, actual intendente de General Pueyrredón, quien encabezará la lista de senadores por la 5ª Sección Electoral, fortaleciendo la presencia del PRO en el esquema libertario sin romper la alianza.
En contrapartida, el sector identificado con Santiago Caputo —asesor presidencial y uno de los ideólogos de la campaña libertaria— sufrió una fuerte pérdida de influencia. El entorno de Caputo, incluidos varios referentes del grupo autodenominado «Las Fuerzas del Cielo», fue relegado en el armado final. Esta exclusión pone en evidencia una interna que, aunque contenida por ahora, refleja tensiones sobre el rumbo político y el control de la maquinaria electoral del oficialismo.
La centralización del poder en Karina Milei no es nueva, pero con el cierre de listas queda institucionalizada. Ya no se trata solo de una figura cercana al Presidente, sino de una dirigente que articula, negocia y define alianzas, incluso por encima de figuras que hasta hace poco eran consideradas claves en el espacio.
Este reordenamiento deja planteado un escenario claro: el oficialismo se reorganiza bajo una lógica más pragmática, con acuerdos que priorizan la gobernabilidad y la presencia territorial. En ese esquema, el peso del PRO es valorado como complemento técnico y político, mientras que los sectores más duros del mileísmo quedan reducidos a un papel más marginal.
De cara a las elecciones, este cierre de listas no solo define nombres, sino que marca una línea de mando y un modelo de construcción política en el que Karina Milei aparece como la verdadera arquitecta del poder libertario.
