Preocupación por la baja natalidad en Argentina: “Estamos viendo cifras que esperábamos para 2030”

Preocupación por la baja natalidad en Argentina: “Estamos viendo cifras que esperábamos para 2030”

El informe muestra una caída de más del 40% en la natalidad desde 2014, lo que representa un cambio drástico en la composición social del país.

La doctora en Humanidades y Magíster en Matrimonio y Familia, María Dolores Dimier de Vicente, advirtió sobre el fuerte descenso de la natalidad en Argentina y sus implicancias sociales y económicas.

En diálogo con Nicolás Galante para Radio Brisas, la profesora de la Universidad Austral e integrante del Instituto de Ciencias para la Familia se refirió a los hallazgos del informe «Estructuras familiares y cambios sociales», elaborado por el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad.

El informe muestra una caída de más del 40% en la natalidad desde 2014, lo que representa un cambio drástico en la composición social del país.

“Este estudio tiene un correlato con otro informe que presentamos hace un año. En aquel momento, trabajamos con los datos del Censo 2022, y al actualizarlos nos sorprendió ver cómo en apenas tres años alcanzamos cifras que preveíamos recién para 2030”, señaló Dimier.

Un país que envejece rápidamente

Uno de los datos más preocupantes que arroja el estudio es el acelerado índice de envejecimiento: pasó de 53 puntos a 60,5 en apenas tres años. Esto significa que por cada 100 personas menores de 14 años, ya hay más de 60 mayores de 65.

“No solo nacen menos niños, sino que estamos viendo un aumento en la población de adultos mayores, lo que genera un nuevo equilibrio demográfico con consecuencias profundas”, explicó.

Este fenómeno, que ya se venía observando a nivel global, se ha intensificado localmente. “Tenemos que pensar qué futuro queremos como país y qué políticas públicas vamos a necesitar para enfrentar esta realidad”, agregó.

El impacto de la pandemia

Aunque la expectativa de vida en Argentina venía en aumento, la pandemia de COVID-19 generó un retroceso. Según la especialista, se registró una caída de entre 3 y 5 años en la esperanza de vida promedio, especialmente en personas mayores con comorbilidades.

“Este impacto en la salud de los adultos mayores también afectó el equilibrio poblacional. La combinación entre baja natalidad y aumento en la longevidad —a pesar de los efectos de la pandemia— plantea un desafío urgente para el diseño de políticas públicas, especialmente en áreas como salud, seguridad social, vivienda y educación”, detalló Dimier.

El informe también analiza la transformación en la construcción de los hogares: cambios en la dinámica familiar, retraso en la edad de maternidad, disminución del número de hijos por familia y crecimiento de hogares unipersonales o monoparentales. Estos datos revelan un cambio estructural en la forma en que se organiza la sociedad y plantean nuevas demandas al Estado.

«Debemos anticiparnos a los efectos de una sociedad con menos niños y más adultos mayores. No se trata solo de números: se trata del tipo de país que queremos construir», concluyó Dimier.

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